Después de ver pasar a tres primeros ministros, cuatro estados de emergencia, cinco olas de coronavirus, unos Juegos Olímpicos sin público y con una leve recesión económica, en Japón, 105 millones de electores tuvieron la posibilidad de elegir un renovado parlamento a través de las elecciones generales del 31 de octubre (fueron habilitados 46.000 centros electorales en todo el país).
Finalmente el Partido Liberal Democrático (PLD) logró la mayoría parlamentaria con 261 escaños (28 más de los 233 necesarios para ser mayoría). Su aliado, el Komeito, ha obtenido 32 y la suma de ambos, hace que el bloque gobernante cuente con mayoría absoluta (293 escaños sobre el total de los 465).
Estos resultados le permitirá al gobierno a continuar nombrando legisladores como presidentes de los 17 comités permanentes, ocupar más de la mitad de los miembros de todos los comités y aprobar proyectos de ley sin inconvenientes.
El Partido Demócrata Constitucional, el mayor opositor al gobierno, ganó 96 escaños por debajo de los 109 que tenía en la gestión anterior.
Mientras que la sorpresa la dio el centroderechista Nippon Ishin No Kai, el partido fundado en Osaka, que casi cuadruplicó su poder al obtener 41 escaños que lo convierte en la tercera fuerza política en el Parlamento.
La participación ciudadana en las elecciones realizadas ayer en Japón se estima en 55, 92% en las circunscripciones de distrito único para la Cámara de Diputados, un 2% más que en el los comicios de 2017.
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