Fieles visitaron un santuario en el centro de Tokio durante las primeras horas del día de Año Nuevo para pedir por un 2022 lleno de buena fortuna. Los visitantes se mantuvieron a una distancia adecuada para reducir la posibilidad de contagios de coronavirus.
Las personas que esperaban en fila en el santuario Meiji Jingu se encontraban a un metro de distancia entre ellos antes de que se hiciera sonar un tambor, señal de la llegada del nuevo año. Como dicta la tradición, los peregrinos lanzaron monedas a una zona frente al santuario y oraron.
El año pasado no se permitió la presencia de personas en las primeras horas del día debido al coronavirus. Además, por primera vez en dos años, las empresas ferroviarias dieron servicio toda la noche, lo que permitió que las personas visitaran templos, santuarios y salieran en búsqueda del primer amanecer del año.
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Más de tres millones de personas visitan el santuario Meiji Jingu en los primeros tres días del año, aunque en los últimos dos años esta cifra ha bajado considerablemente como consecuencia de la pandemia.
(gentileza: NHK World)
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