El gobierno de Japón estudia la posibilidad de mejorar las exenciones fiscales para las compañías que incrementan los salarios de su personal. Incluso desde antes de asumir el cargo el 4 de octubre, el primer ministro Fumio Kishida ha expresado varias veces su posición favorable a otorgar beneficios fiscales a las empresas que elevan las remuneraciones.
No obstante, la comunidad empresarial no comparte la postura de Kishida. Por el contrario. Cuestiona la efectividad de la ampliación del programa de exención de impuestos corporativos. Esto se debe a que las empresas sostienen que no pueden subir los salarios si la economía de Japón no crece.
Las exenciones fiscales corporativas que existen no han conseguido que las remuneraciones aumenten de manera significativa, añade.
Es decir, para elevar salarios, primero hay que crecer.
Kishida se ha comprometido a impulsar el crecimiento económico para que todos los residentes en Japón “sientan sus frutos a través de aumentos en sus salarios”.
El poder ejecutivo, con Kishida a la cabeza, discutirá la propuesta con la coalición gobernante, formada por el Partido Liberal Demócrata y su aliado Komeito.
De las discusiones nacerá a fines de este año un proyecto de medidas de reforma tributaria para el ejercicio fiscal 2022.
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