En la prefectura de Ishikawa, Japón, una pareja seca mochi de colores como parte del proceso para hacer unas galletas de arroz del tamaño de un bocado.
Los Shirayama (de 78 y 79 años de edad) cortan mochi en cubos de 1 centímetro y los secan en cajas de madera, dándoles la vuelta una vez cada tres días. Después de unas seis semanas, cuando está seco, el mochi se hornea.
Las galletas, llamadas “Noto Shika Arare”, son populares por su sabor salado y dulce derivado del azúcar y la salsa de soja.
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(gentileza: yomiuri shimbun)
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