En Japón, el segundo domingo de mayo se celebra el “Día de la madre” (Haha no hi). Esta fecha es una oportunidad para que los niños puedan agradecer a sus madres el haberles dado la vida y también una conmemoración especial para estar en familia.
Días antes de esta celebración, las tiendas japonesas se llenan de regalos para la celebración. Las flores son el obsequio más popular, en especial los claveles rojos, símbolo de pureza y dulzura.
También, es común que los hijos les regalen dibujos o manualidades a través de los cuales les expresan sus sentimientos hacia ellas. Otros regalos comunes son kimonos de seda, tarjetas perfumadas y muñecas kokeshi tradicionales (kokeshi dento) ó modernas (kokeshi sosaku). Además, los niños muestran su agradecimiento ayudando a sus mamás con las tareas domésticas.
Es habitual que las familias japonesas celebren este día fuera de la casa, en los parques y plazas, comiendo lo que los hijos han cocinado para agasajar a sus madres en ese día especial: sushi, sopa de miso, tamagoyaki (omelette de huevo rectangular), chawanmunshi (platillo con huevo, soja, camarones y hongo shiitake) y estofado.
En Japón, el “día de la madre” originalmente se celebraba el 6 de marzo cuando se conmemoraba el cumpleaños de la emperatriz Kojun (madre del ex emperador Akihito). En 1949 se corrió la fecha al segundo domingo de mayo para hacerlo coincidir con muchos otros países del mundo.
Para los creyentes de la religión sintoísta durante este día también se homenajea a “Amaterasu”, diosa del sol y madre del pueblo japonés.
De su nieto “Jinmutenno”, el primer emperador del Japón, son descendientes todos los emperadores del país desde hace 2600 años. La bandera japonesa representa al sol naciente, símbolo de Amaterasu.
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