Japón conmemoró el décimo aniversario del terremoto, tsunami y accidente nuclear que golpeó el nordeste del país el 11 de marzo de 2011.
Muchas personas, algunas con ramos de flores, caminaron hasta la costa ó a las tumbas para rezar por amigos y familiares arrastrados por el tsunami.
En una ceremonia en el Teatro Nacional de Tokio, el Emperador japonés Naruhito y el Primer Ministro, Yoshihide Suga, se sumaron a quienes guardaron un momento de silencio a las 14.46, hora exacta cuando comenzaron los temblores hace ya una década.
“La magnitud de los daños causados por la catástrofe es tan profunda que el recuerdo inolvidable de la tragedia persiste en mi alma”, declaró el Emperador Naruhito.
El terremoto de magnitud 9.0 fue uno de los más fuertes jamás registrados y provocó un enorme tsunami que destruyó pueblos y causó un accidente nuclear en la central de Fukushima Daiichi. Más de 18.500 personas fallecieron y casi medio millón se vieron desplazadas de sus tierras.
Se estima que en la actualidad, más de 40.000 personas siguen sin poder volver a sus casas, la mayoría de Fukushima, debido a la contaminación radiactiva.
Ante las medidas de seguridad sanitaria frente al covid-19, se redujeron y limitaron las ceremonias y actos de homenaje en Fukushima, lugar desde donde precisamente dentro de dos semanas partirá el relevo de la antorcha olímpica de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, aplazados por la pandemia y rebautizado “Los Juegos de la reconstrucción”.
El Primer Ministro Suga ha afirmado que “los Juegos mostrarán la recuperación de Japón del desastre y serán una prueba de la victoria humana contra la pandemia del coronavirus”.
Para muchos japoneses, este aniversario es propicio para una profunda reflexión sobre una tragedia nacional todavía muy dolorosa y presente, con miles de personas desplazadas de sus tierras hoy declaradas aún zonas prohibidas por la radiación.
Коментарі