Todos los extranjeros no residentes tendrán prohibido ingresar a Japón a partir del 30 de noviembre, así lo anunció el primer ministro Fumio Kishida, en medio de la creciente preocupación en todo el mundo por la variante omicron del nuevo coronavirus.
Kishida calificó la medida como "una medida preventiva de emergencia para evitar el peor de los casos".
El gobierno actualmente prohíbe la entrada de no residentes en principio, pero había permitido desde el 8 de noviembre algunos recién llegados bajo ciertas condiciones. Esto incluyó visitantes de negocios a corto plazo, estudiantes extranjeros y pasantes técnicos si han sido completamente vacunados, presentan planes sobre actividades en Japón y cumplen con otros requisitos. Ya no se habían permitido las llegadas de nueve países, incluida Sudáfrica.
Con respecto a los ciudadanos japoneses y los residentes extranjeros que regresan, el gobierno ha exigido que aquellos que hayan estado recientemente en Sudáfrica y otros ocho países africanos se pongan en cuarentena en las instalaciones designadas por el gobierno durante diez días. Estas medidas se tomarán para las llegadas de 14 países y regiones donde se haya confirmado la variante omicron.
El gobierno tiene la intención de establecer el período de cuarentena en función de la situación de cada país o región.
