La tenista japonesa Naomi Osaka (23 años) derrotó a la tenista norteamericana Jennifer Brady por 6-4 y 6-3 en la final del Abierto de Tenis de Australia en la ciudad de Melbourne.
Osaka, tercera en el ránking mundial de la WTA, ganó su segunda corona en Melbourne Park (la anterior en 2019) y con este título suma cuatro “Grand Slam” en su creciente carrera deportiva: US Open (2018 y 2020) y Australia (2019 y 2021).
“Gracias por venir y mirarnos. Fue increíble para mí. No pude jugar mis últimos torneos con público y tener esta energía hoy significa mucho para mí. Gracias por abrir sus corazones. Es un privilegio poder jugar en estos momentos”, expresó la flamante campeona.
La tenista japonesa encadena 21 triunfos seguidos y no pierde un partido desde el pasado 7 de febrero de 2020. Con este titulo, alcanzó el segundo lugar en el ránking mundial de la WTA (liderado por la australiana Ashleigh Barty) desplazando a la rumana Simona Halep al tercer puesto.
NAOMI: LIDER DENTRO Y FUERA DE LAS CANCHAS
De origen interracial, con una historia muy particular, hija de madre japonesa y padre haitiano, Osaka lleva el nombre de la ciudad en la que nació. Desde muy pequeña vive con su familia en EE.UU., donde se formó como tenista, aunque ella elige con orgullo apasionado ser japonesa.
Naomi Osaka es la mejor jugadora de la actualidad. Los partidos que “perdió” en su mayoría fueron ante retiros por lesión. Su juego es sólido, implacable e inteligente. Consolidó su aplomo y “paciencia japonesa” de una manera excepcional. Se hizo más fuerte, se soltó, dejó ver su carisma, bondad y humor y se perfila como gran líder por su capacidad deportiva y carisma, pero también por su actitud y compromiso fuera de las canchas (como su lucha contra el racismo).
Sin dudas, Naomi tiene todo para dominar el circuito profesional de mujeres y hacer cosas aún más grandes en el tenis mundial.
